Se mueve cautelosa la hiena, como el león que ha comido tierra,
y vuelan en circulos las urracas y se sigue tambaleando la cebra.
Asi me sentí estos días como arrojado al vacío
asi me sentí estos días, como hecho de piedras.
Y cae al fin la cebra,
salta el leon, vuelcan las urracas y corre la hiena;
pero aquel poderío se ve terminado
por la punta del arma que ya he disparado.
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